El Consejo de Ministros aprobó el pasado 8 de abril el Anteproyecto de Ley de los Medicamentos y Productos Sanitarios, una medida que tal y como aseguró la ministra de Sanidad, Mónica García, se trata de “una ley estratégica que se tiene tres objetivos, modernizar el ecosistema farmacéutico, incorporar aquellas lecciones de pandemia y mirar al futuro no solo de las necesidades del paciente sino también la sostenibilidad del SNS”. Sin embargo, desde que se publicase el documento final en el que se desengranaba la propia ley han surgido muchas dudas en el sector.
Prueba de ello, el proceso de audiencia e información pública, paso previo a la tramitación parlamentaria en el Congreso de los Diputados, ha contado con una serie de alegaciones muy claras por parte de la industria y de los profesionales que, en muchos casos, han señalado los mismos puntos a mejorar. Calificada como “la pieza más importante impulsada en el marco de la Estrategia de la Industria Farmacéutica”, tiene la responsabilidad de transformar el sistema y prepararlo para los retos que puedan surgir en el futuro, de ahí su complejidad.
En el primer caso, el más repetido y más señalado desde que se anunciase este Anteproyecto, diferentes organizaciones han destacado que se trata de un sistema que es perjudicial para el suministro, el tejido empresarial español, los pacientes y los profesionales sanitarios
En términos generales, el Anteproyecto de Ley de Medicamentos y Productos Sanitarios ha recibido cerca de 400 alegaciones tras finalizar la fase de audiencia pública este jueves, aunque desde Sanidad matizan que muchas de estas solicitudes están repetidas. Entre todas estas destaca la oposición al sistema de “precios seleccionados” que proponen en esta nueva normativa, los plazos de decisión de financiación y precio, o la falta colaboración con profesionales y pacientes.
En el primer caso, el más repetido y más señalado desde que se anunciase este Anteproyecto, diferentes organizaciones han destacado que se trata de un sistema que es perjudicial para el suministro, el tejido empresarial español, los pacientes y los profesionales sanitarios, llegando al punto incluso de proponer alternativas como el sistema de “precios dinámicos”. Desde un punto de vista más profesional, el sector farmacéutico argumenta que podría generar distorsiones en el suministro y en la equidad del acceso, además de comprometer la viabilidad de las farmacias.
Otra de las alegaciones más llamativas ha sido revisión integral del texto, ya que, tal y como han mencionado desde diferentes organizaciones, se trata de una normativa que tiene un enfoque “cortoplacista" centrado en la reducción del gasto público y que no se alinea con la Estrategia de la Industria Farmacéutica. Por ello, han aprovechado la fase de audiencia pública para pedir que la ley se adapte a los desafíos biomédicos y tecnológicos no solo actuales, sino futuros también, hasta , por lo menos, dentro de 10 años.
La realidad es que este Anteproyecto ha generado una gran incertidumbre entre todos aquellos que forman parte de la industria farmacéutica, y, por ello, las alegaciones tienen como objetivo tratar de mejorar la propuesta presentada por el ministerio
Continuando con las “propuestas” del sector, inciden en la reducción de las demoras en la disponibilidad de medicamentos innovadores producidas por el procedimiento de compra pública. La aplicación del procedimiento habitual de compra pública, según apuntan desde la industria farmacéutica, no es adecuada para adquirir bienes esenciales como los medicamentos. Por ese motivo, mencionan que sería necesario regular un procedimiento especial para la compra de medicamentos exclusivos ágil y sencillo que evite demoras y burocracia innecesaria.
La realidad es que este Anteproyecto ha generado una gran incertidumbre entre todos aquellos que forman parte de la industria farmacéutica, y, por ello, las alegaciones tienen como objetivo tratar de mejorar la propuesta presentada por el ministerio. Para ello, la mayoría de las organizaciones se han puesto a disposición de Sanidad para, en la medida de lo posible, mejorar esta Ley que supone una gran oportunidad para adecuar el mundo del medicamento a la revolución tecnológica que está experimentando el sector y que experimentará aún más con el paso de los años. Aunque para saber si finalmente el ministerio decide cambiar puntos tan criticados como el sistema de precios todavía queda esperar.
Fuente: ConSalud.es