El secretario de Estado de Sanidad, Javier Padilla, ha expuesto el conjunto de acciones y reformas desarrolladas en los últimos dos años por el Ministerio de Sanidad en materia de política farmacéutica, un ámbito en el que, según señala, “se ha trabajado intensamente para construir un marco que no solo se traduzca en cambios normativos o acciones concretas, sino también en un modo distinto de abordar las decisiones”. Entre los términos que más resuenan en este ámbito, Padilla ha destacado transparencia, acceso, autonomía estratégica, sostenibilidad e innovación. A su juicio, los hitos fundamentales que vertebran tanto los avances de los últimos años como las políticas del futuro son tres: la mejora del marco normativo, las acciones ejecutivas para fomentar la transparencia y el acceso, y la centralidad de la política industrial y la autonomía estratégica.
En relación con la mejora del marco normativo, Padilla ha recordado que España se encuentra en un momento de reforma completa de la legislación farmacéutica tanto a nivel europeo como nacional, un contexto al que añadió las “ocurrencias de la administración Trump”, cuyos efectos se irán viendo. En el ámbito nacional, ha detallado “que uno de los puntos más relevantes es el Anteproyecto de Ley de los Medicamentos y Productos Sanitarios, aprobado por el Consejo de Ministros y actualmente en fase final de tramitación antes de su llegada al Congreso de los Diputados”. Padilla ha explicado que “este Anteproyecto tiene como objetivos fundamentales asegurar precios más asequibles, garantizar el abastecimiento de medicamentos esenciales a través de la autonomía estratégica y acelerar la incorporación de fármacos innovadores”.
A continuación, ha subrayado que “el texto aborda medidas en las tres fases del ciclo de vida del medicamento: una primera fase de protección, con escasa competencia, en la que el reto es el acceso precoz a los medicamentos que aportan valor añadido; una segunda fase fuera de protección, en la que ya existen genéricos y biosimilares y cuyo objetivo prioritario es lograr una entrada notable de estos para favorecer bajadas de precio mediante incrementos de volumen; y una tercera fase avanzada, donde se sitúan medicamentos maduros y de alto valor que pueden requerir abordajes diferenciales en precio u otros incentivos para garantizar su producción, abastecimiento y acceso”. Además, ha mencionado que el texto introduce criterios medioambientales en la evaluación y financiación de medicamentos y productos sanitarios y refuerza el papel de las profesiones implicadas en la prescripción, dispensación y seguimiento de los medicamentos.
Padilla también ha destacado el Real Decreto de Evaluación de Tecnologías Sanitarias (RD ETS), actualmente en fase final de tramitación. En este sentido, ha precisado que “su objetivo es crear estructuras y procedimientos que garanticen que el Sistema Nacional de Salud incorpore aquellas tecnologías y medicamentos que aportan valor añadido a la salud de la población”. Entre sus elementos clave ha mencionado que “garantiza la independencia y autonomía de los agentes implicados en la evaluación de tecnologías sanitarias, incrementa la transparencia en materia de costes de I+D, incorpora la participación de los pacientes en los procesos de evaluación y hace más predecibles y transparentes los criterios y procedimientos de estas evaluaciones”.
Además, ha recordado la existencia de otros textos normativos, como el Real Decreto de precio y financiación de productos sanitarios, el recientemente aprobado Real Decreto que regula el uso medicinal de preparados estandarizados de derivados del cannabis y el texto sobre precio y financiación de medicamentos que se comenzará a elaborar próximamente. Asimismo, ha añadido también el reconocimiento de la innovación incremental aprobado mediante una enmienda a la Ley de la Agencia Estatal de Salud Pública, que permite el impulso y reconocimiento de este tipo de innovación. En el plano europeo, ha explicado “que se están alcanzando las fases finales de la negociación del paquete farmacéutico, en el que se abordarán cuestiones relacionadas con la protección de datos, las garantías de suministro y las medidas para favorecer el acceso en el conjunto de la Unión Europea”.
Respecto a las acciones ejecutivas destinadas a fomentar la transparencia y el acceso, Padilla ha asegurado que “la política farmacéutica va mucho más allá de los cambios legislativos e incluye múltiples actuaciones que sirven para materializar las líneas recogidas en leyes y reales decretos”. Entre las medidas de los últimos dos años, ha destacado la mejora de la transparencia mediante la reciente publicación de los ‘Informes públicos sobre la decisión de financiación’, “destinados a acercar a un público no especializado las decisiones adoptadas por la Comisión Interministerial de Precios de Medicamentos y a facilitar la comprensión de estos procesos”. Asimismo, ha subrayado la publicación, por primera vez, de datos sobre los tiempos de espera entre la aprobación centralizada de un medicamento por la Comisión Europea y la decisión de financiación por parte de la CIPM, así como del porcentaje de medicamentos innovadores financiados, información que se dio a conocer a través de un primer informe y que se actualizará de manera periódica.
Padilla ha detallado también que España ha acelerado los procesos de evaluación y decisión sobre la financiación de medicamentos innovadores, logrando reducir los tiempos de espera en 170 días en los últimos cuatro años, pasando de un promedio de 519 días para los medicamentos autorizados en 2020 a 344 días para los autorizados en 2023. Además, ha defendido que “en ese mismo periodo se incrementó en un 35% el número de medicamentos innovadores financiados, cifras que se lograron sin cambios normativos y exclusivamente mediante mejoras en los procesos de evaluación y financiación”.
Por otro lado, también ha mencionado la actualización del Plan de Terapias Avanzadas, cuyo texto original se aprobó en 2018 y cuya versión 2025-2028 amplía su alcance a los Medicamentos de Terapias Avanzadas y diversifica su implantación geográfica. “A ello sumó la reducción de los problemas de suministro de medicamentos por primera vez en años, con un descenso del 12,7% respecto al ejercicio anterior, un resultado que atribuyó al trabajo coordinado de múltiples agentes en toda la cadena de producción, distribución y suministro para minimizar el impacto en la salud de la población”, ha añadido. Además, ha señalado que se han explorado nuevos esquemas de financiación y otras medidas encaminadas a avanzar en la línea marcada por las reformas legislativas en desarrollo.
En cuanto al tercer eje, Padilla ha destacado “la centralidad de la política industrial y la autonomía estratégica en un contexto global marcado por la reconfiguración del sector farmacéutico, influido tanto por la reedición de una nueva era Trump como por la reordenación de prioridades tras la pandemia”. Ha explicado que este escenario ha reforzado la importancia de la política industrial en general y de la farmacéutica en particular. En este marco, ha precisado que la Estrategia de la Industria Farmacéutica 2024-2028 como el principal exponente de esta nueva orientación. Esta estrategia, ha señalado, “ejemplifica la necesidad de un trabajo transversal dentro del gobierno, involucra a cinco ministerios distintos y establece espacios de diálogo sólidos y estables entre las instituciones y el sector industrial”.
Entre sus objetivos principales ha citado la adopción de una visión que abarque todo el ciclo de vida del medicamento, la transformación de las relaciones entre las instituciones y el sector farmacéutico para pasar de un modelo cliente-proveedor a uno que evidencie el papel de lo público en diferentes etapas del proceso y no únicamente como pagador final, y el avance hacia un modelo más basado en la necesidad y no tan determinado por la oferta. Padilla ha insistido que esta estrategia supone un marco desde el que diseñar y dialogar el conjunto de políticas de los distintos departamentos en este ámbito. Además, ha mencionado otras acciones relevantes como la reedición del Plan PROFARMA o las iniciativas incluidas en el PERTE para la Salud de Vanguardia.
Padilla ha remarcado también que “la política farmacéutica española no se limita a su dimensión nacional o europea, sino que busca mantener coherencia con las políticas de salud global”. En este sentido, ha recordado que la Estrategia Española de Salud Global, aprobada en mayo de 2025, “dedica una de sus líneas estratégicas a la I+D, con especial énfasis en contribuir a la investigación, desarrollo e innovación y al impulso de modelos de producción y acceso equitativo a medicamentos, vacunas y productos sanitarios —incluidas herramientas diagnósticas y tecnologías sanitarias—, especialmente en aquellos casos que hayan contado con participación de instituciones públicas”.
El secretario de Estado de Sanidad ha concluido que “este conjunto de iniciativas no constituye una lista exhaustiva de lo que implica hacer política farmacéutica en la actualidad, pero sí permite identificar los ejes fundamentales que estructuran este ámbito y que han sido objeto de numerosas acciones en los últimos años”. Por tanto, ha añadido “que podrían citarse otras, como las relacionadas con la atención farmacéutica, pero insistió en que el propósito de este balance es mostrar las bases esenciales sobre las que se ha articulado la actuación pública reciente en materia de política farmacéutica”.
Fuente: El Global Farma
