
La sostenibilidad medioambiental y la lucha contra el cambio climático se han convertido en compromisos clave para la industria farmacéutica a nivel mundial y, especialmente, en España. En los últimos años, las compañías del sector han implementado medidas significativas para reducir su huella ambiental, mejorar la eficiencia energética de sus plantas de producción y fomentar prácticas sostenibles. Estas iniciativas no solo reflejan un compromiso ético, sino también una respuesta a las crecientes expectativas sociales y regulatorias en materia ambiental.
Los datos más destacados del segundo informe ‘Sostenibilidad en cifras: impacto social y medioambiental de la industria farmacéutica’, elaborado por Farmaindustria, muestran que el 82% de las compañías cuenta con estrategias de economía circular, y un 62% calcula, directa o indirectamente, su huella de carbono. Además, el 57% de las empresas dispone de objetivos de reducción de emisiones basados en la ciencia, mientras que más de la mitad utiliza materiales reciclables o certificados FSC en sus procesos y envases.
El compromiso con la neutralidad climática también se refleja en que el 80% de las compañías ha suscrito objetivos de cero emisiones o emisiones neutras, logrando una reducción del 42% en las toneladas de CO₂ emitidas desde 2008. Asimismo, el 70% de la energía consumida por el sector procede ya de fuentes renovables, y gracias a las iniciativas de ecodiseño, se ahorran anualmente alrededor de 1.700 toneladas de materiales de envasado.
Por otro lado, con el objetivo de profundizar en esta evolución, Farmaindustria ha realizado este año una encuesta entre sus asociados para analizar su desempeño medioambiental. El estudio, en el que participaron 55 laboratorios que representan el 60% de la cuota de mercado y de las ventas nacionales, ofrece una visión detallada del grado de madurez ambiental del sector. Según la patronal, los resultados permiten identificar los avances alcanzados en áreas como la descarbonización, la economía circular o la gestión del agua, así como los desafíos que aún persisten para consolidar una transición ecológica efectiva y duradera.
Entre los distintos ámbitos evaluados, la economía circular destaca como uno de los compromisos empresariales más evidentes. El informe muestra que las compañías están rediseñando procesos para optimizar recursos, reducir residuos y aumentar la reciclabilidad de los envases. Según la encuesta, más de la mitad utiliza materiales reciclables o certificados con sello FSC, y cerca del 50% declara contar con objetivos de residuo cero. Estos avances se sustentan especialmente en el ecodiseño de productos, la recuperación y sustitución de disolventes por alternativas más sostenibles, y el uso de métricas como el Process Mass Intensity (PMI) o el Potencial de Calentamiento Global (PCG).
El impulso de SIGRE también resulta clave para cerrar el ciclo de vida de los envases y medicamentos, evitando que se conviertan en residuos y promoviendo su valorización. Según la patronal, en el marco de los Planes Empresariales de Prevención y Ecodiseño (PEPE), las compañías farmacéuticas han logrado reducir en más de un 25% el peso medio de los envases comercializados y aumentar el uso de materiales reciclados y reciclables, impulsando así un rediseño estructural del packaging de los medicamentos.
El nuevo PEPE 2024-2028 refuerza este compromiso con metas adicionales de reducción de peso y mejora de la reciclabilidad, en línea con los objetivos del Reglamento Europeo de Envases (PPWR). Durante 2024, se llevaron a cabo 279 iniciativas de mejora medioambiental, que se tradujeron en la comercialización de 59 millones de nuevos envases farmacéuticos con algún tipo de mejora ecológica y en el ahorro de 298 toneladas de materiales. «Estas acciones consolidan a SIGRE como una de las principales plataformas de innovación y colaboración sectorial en materia de economía circular, y evidencian el compromiso del sector con la prevención y el ecodiseño como pilares de su estrategia ambiental», confirma.
El compromiso con la descarbonización se ha afianzado también como una prioridad estratégica del sector, situando el cálculo de la huella de carbono corporativa como herramienta clave para orientar decisiones y acelerar la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. Un 62% de las compañías encuestadas calcula, directa o indirectamente, su huella de carbono, y más de la mitad cuenta con objetivos de reducción de emisiones basados en la ciencia (Science Based Targets initiative, SBTi).
El principal desafío para la industria identificado en el documento reside en las emisiones de alcance 3, que concentran la mayor parte de la huella de carbono del sector y cuya medición presenta una elevada complejidad técnica y organizativa. «Esta dificultad se debe, entre otros factores, a la dispersión y heterogeneidad de la cadena de suministro, la limitada disponibilidad de datos primarios y la falta de metodologías estandarizadas, lo que obliga a recurrir a factores de emisión genéricos y reduce la precisión de los cálculos», confirma.
Además, señala que la escasez de recursos técnicos y humanos especializados, junto con la insuficiente digitalización de los sistemas de reporte, ralentiza la recopilación y verificación de la información. «Estos retos ponen de manifiesto la necesidad de fortalecer la colaboración con proveedores y avanzar hacia herramientas digitales comunes que permitan trazar y gestionar de forma más rigurosa las emisiones indirectas a lo largo de toda la cadena de valor», determina.
Por otro lado, la gestión eficiente del agua y la movilidad sostenible emergen también como áreas destacables en la encuesta. La mayoría de las compañías participantes cuentan con políticas de gestión hídrica y han establecido objetivos concretos para mejorar la eficiencia en el uso del agua, definiendo metas de reducción de consumo a medio y largo plazo.
Asimismo, las compañías farmacéuticas avanzan en la electrificación de sus flotas, incorporando vehículos híbridos enchufables y eléctricos, e instalando puntos de recarga en sus sedes. La renovación de la flota con modelos menos contaminantes ha permitido reducir las emisiones asociadas al transporte, destacando que la mayoría de los vehículos ya cuentan con la etiqueta ambiental “0”, reflejo de un firme compromiso con una movilidad más limpia y responsable.
En definitiva, el documento precisa que el sector farmacéutico español avanza con determinación hacia un modelo ambientalmente más responsable, aunque todavía enfrenta un camino exigente. «La creciente presión regulatoria europea en materia de envases, emisiones y tratamiento de microcontaminantes, junto con la aplicación de los estándares CSRD y ESRS (reporting sostenible), obliga a las compañías a acelerar su transformación y reforzar sus sistemas de medición, trazabilidad y reporte«, concluye.
Fuente: El Global Farma
 
						