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13/12/2018

MAY SOBREVIVE A LA REBELIÓN DE SU PARTIDO Y SIGUE CON SU PLAN DEL BREXIT

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La primera ministra británica y líder del Partido Conservador, Theresa May.

 

 

La primera ministra gana la moción de confianza al lograr 200 votos, frente a 117 en contra.

Theresa May salió este miércoles victoriosa del mayor desafío al que se ha enfrentado como primera ministra de Reino Unido, al ganar la votación interna en el Partido Conservador que buscaba sacarla de Downing Street, a través de una moción de confianza solicitada por parte de sus propios parlamentarios.

May fue respaldada por 200 diputados conservadores, 41 más de los 159 exigidos para ganar la moción. Otros 117 votaron en contra. Antes de la votación, la primera ministra prometió a los parlamentarios que no se presentará como líder conservadora a las próximas elecciones generales, previstas para 2022, pero pidió tranquilidad para poder implementar el Brexit antes de esa fecha.

Tras conocer el resultado de la moción, May dijo estar "satisfecha" con el apoyo obtenido, y dijo haber "escuchado" a los miembros de su partido que le han retirado su confianza. La primera ministra reiteró su idea de implementar un Brexit en "el interés nacional", tratando de buscar concesiones de Bruselas para satisfacer a los descontentos.

El resultado blinda en parte a May durante un año en su puesto, ya que no será posible poner en cuestión su liderazgo de nuevo durante este plazo dentro del Partido Conservador. Sin embargo, la primera ministra todavía corre el riesgo de una moción en el Parlamento por parte de la oposición laborista, en función de los avances de la negociación del Brexit en las próximas semanas.

Jacob Ress-Mogg, uno de los cabecillas de la rebelión, considera que May "debería dimitir", ya que la fuerte oposición interna le impedirá sacar adelante el Brexit.

La moción se activó ayer a primera hora de la mañana, después de que más de 48 diputados conservadores (un 15% del total) solicitaran el inicio de este proceso. Estos rebeldes son en su mayor parte políticos euroescépticos, quienes opinan que May ha hecho demasiadas concesiones a Bruselas.

Poco después, a las 9 de la mañana, May dijo a las puertas de su residencia de Downing Street que iba a luchar contra esa moción "con todas sus fuerzas". Su tono no mostraba a una mujer derrotada, sino a una política dispuesta a combatir hasta el último minuto. Las doce horas siguientes las pasó debatiendo en el Parlamento con el líder de la oposición, Jeremy Corbyn, e intentando convencer a los miembros indecisos de su partido entre bambalinas.

A las 5 de la tarde se reunió con miembros del comité 1922, formado por diputados sin cargo en el Gobierno y generalmente muy críticos, para lanzar una última ofensiva y lograr su voto a favor.

El maratón de May surtió efecto. Y también su mensaje a lo largo de todo el día: "si yo me voy, vendrá el caos y el Brexit estará en peligro".

May insistió en que echarla de Downing Street no iba a solucionar los problemas a los que se enfrenta el pais. "Un cambio de líder en el partido pondrá en riesgo el futuro de nuestro país y creará incertidumbre, justo cuando menos podemos permitírnoslo", dijo en su mensaje de la mañana.

"Un nuevo líder no tendría tiempo de renegociar [con la UE] el Acuerdo de Salida e impulsar la legislación necesaria en el Parlamento antes del 29 de marzo. Sus primeras decisiones deberían ser extender o revocar el artículo 50 [por el que Reino Unido puso en marcha el reloj parar salir de la UE], y eso supondría retrasar o incluso frenar el Brexit, cuando lo que la gente quiere es que acabemos con este proceso", explicó la primera ministra.

La moción de confianza contra Theresa May es solo un episodio más dentro del difícil proceso de salida de la Unión Europea (UE) que vive Reino Unido, cuya fecha prevista es el 29 de marzo de 2019.

Otra fecha clave llega hoy mismo, en la cumbre de jefes de Gobierno de la UE que se celebra en Bruselas. El objetivo de Downing Street en este encuentro es arrancar algún tipo de concesión para hacer más atractivo a los parlamentarios británicos el pacto del Brexit alcanzado en noviembre. Ante la resistencia de Bruselas a reabrir el texto del acuerdo, lo más que podría firmar la UE es una carta con garantías de que la permanencia de Reino Unido en la unión aduanera, como fórmula para evitar la instauración de controles en la frontera irlandesa tras el Brexit, no será por tiempo indefinido.

El problema es que muchos de los diputados euroescépticos, críticos con ese modelo de vinculación a largo plazo, ya han advertido de que una promesa de ese tipo no les convencerá a la hora de apoyar el pacto. Por otro lado, los parlamentarios más pro-europeos también consideran que el acuerdo no tiene sentido, ya que Reino Unido seguirá atado a las normas europeas sin tener voz y voto para decidirlas, con lo que sería mejor mantener la situación actual de permanencia en la UE.

La cita para esta votación en el Parlamento sigue en el aire. Algunos apuestan por la semana que viene, pero otros opinan que el Gobierno podría atrasarla hasta enero, después del descanso navideño. Así metería presión a los parlamentarios para aprobar su pacto, ante el riesgo de que no haya tiempo para plantear una alternativa y el país se vea abocado a un Brexit caótico.

Si el acuerdo es aprobado e incorporado a la legislación británica, Reino Unido saldría de la UE en la fecha prevista, con un periodo de transición hasta diciembre de 2020.

Por el contrario, un rechazo en el Parlamento abriría diversos escenarios. El Parlamento podría forzar un nuevo plan (basado en el modelo noruego) o proponer un segundo referéndum. No serían descartables unas elecciones anticipadas para dirimir el debate. Un plebiscito u otros comicios podría requerir un retraso en la fecha formal del Brexit.

La libra fue durante la jornada el barómetro de la tensión política en Reino Unido, sufriendo fluctuaciones significativas ante el dólar y el euro. TransferWise, una de las principales compañías europeas de cambio de divisas, impuso un límite de diez mil libras a las transferencias en esta moneda ante la "volatilidad" existente, en espera de la moción de confianza del grupo parlamentario conservador para decidir el futuro de la primera ministra Theresa May. Al conocerse el inicio de este proceso, la moneda británica sufrió ligeras caídas, sumándose a las sufridas desde el lunes. Pero la decisión de May de luchar por seguir en Downing Street, y el goteo de apoyos recibido por sus diputados, hizo que la libra remontara durante la jornada, hasta avanzar un 1%. Nomura cree que la victoria de May en la moción puede impulsar la moneda otro 1-2%, aunque el elevado nivel de oposición interna (más de un tercio de sus diputados) puede dificultar la implementación ordenada del Brexit.

 

 

Fuente: Expansión

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