Estados Unidos y la Unión Europea han cerrado su acuerdo comercial, que pone, al menos de momento, punto final a la guerra de aranceles entre las dos grandes economías. El acuerdo, tomado este pasado domingo en Escocia cierra, tres días antes de que concluya el plazo final dado por el presidente norteamericano Donald Trump la aplicación unilateral de la propuesta de la Administración estadounidense.
El acuerdo recoge que la mayoría de las exportaciones de la UE destinadas al mercado estadounidense estarán sujetas a un arancel del 15%. En la valoración de Von der Leyen el pacto es "un gran, gran acuerdo", que "aportará estabilidad y previsibilidad.
“Intercambiamos 1,7 billones de dólares estadounidenses al año. Juntos formamos un mercado de 800 millones de personas. Y representamos casi el 44 % del PIB mundial. Apenas unas semanas después de la cumbre de la OTAN, este es el segundo pilar fundamental, que reafirma la asociación transatlántica”, asegura la presidenta de la Comisión Europea.
El arancel único afectará a la gran mayoría de las exportaciones de la UE a la mayoría de los sectores, “del automóvil, los semiconductores y el farmacéutico”. “Este 15 % es un límite claro. Sin acumulación. Todo incluido. Esto proporciona la claridad que tanto necesitan nuestros ciudadanos y empresas. Esto es absolutamente crucial”, indica la presidenta.
A falta de ultimar los detalles del acuerdo, Donald Trump ha lanzado un mensaje dirigido a la industria farmacéutica y a su idea de dar una prioridad estratégica a la producción realizada en Estados Unidos. Los productos farmacéuticos “son muy especiales” y el objetivo de su administración es seguir trabajando para ampliar la industria farmacéutica norteamericana en el sector: “no podemos estar en una posición donde dependamos de otros países”, ha asegurado.
En este sentido, el presidente estadounidense ha avanzado que su objetivo es ampliar la industria farmacéutica estadounidense para garantizar su independencia.
El acuerdo ha sido valorado por las instituciones europeas con una mezcla de alivio por el hecho de que el acuerdo pone fin a la escalada de la guerra comercial, pero a la vez de contrariedad por unas normas arancelarias que el Ejecutivo europeo y la mayoría de Estados de la UE consideran que no deberían existir.
Fuente: Diario Farma