El Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS) aprobó en su última reunión la nueva Estrategia de Seguridad del Paciente del SNS 2025-2035, una hoja de ruta que busca reforzar la calidad asistencial en todos los niveles del sistema. Impulsada por el Ministerio de Sanidad, esta estrategia se plantea como una herramienta clave para reducir los daños evitables derivados de la atención sanitaria, mediante actuaciones basadas en la evidencia, la innovación y la participación de profesionales y pacientes.
La estrategia se articula en siete líneas estratégicas fundamentales. La primera de ellas está centrada en la cultura de seguridad, los factores humanos y la formación, con el objetivo de fomentar el liderazgo profesional y la capacitación en seguridad del paciente en todos los ámbitos asistenciales. Se busca fortalecer un entorno organizativo que priorice la prevención del error y el aprendizaje continuo.
La segunda línea estratégica promueve prácticas clínicas seguras, que abarcan desde el uso seguro del medicamento y la cirugía segura hasta la prevención de infecciones relacionadas con la asistencia sanitaria. También se incluyen acciones para mejorar la comunicación entre profesionales, garantizar la identificación inequívoca del paciente y abordar adecuadamente los eventos adversos graves.
La tercera línea está orientada a la gestión del riesgo y los sistemas de notificación de incidentes, con el objetivo de establecer mecanismos eficaces que permitan aprender de los errores y evitar su repetición. Esto incluye el impulso de herramientas tecnológicas y procedimientos normalizados para recopilar, analizar y difundir información útil sobre incidentes relacionados con la seguridad del paciente.
En cuarto lugar, se destaca la participación activa de pacientes, familias y ciudadanía como actores clave en la mejora de la seguridad asistencial. Esta línea busca empoderar a los pacientes en su propio cuidado, promover la corresponsabilidad y fomentar canales efectivos de comunicación con los profesionales sanitarios. Por otro lado, en la quinta línea se impulsa la investigación e innovación como base para generar conocimiento útil en la prevención del daño y para desarrollar nuevas soluciones a los desafíos emergentes.
Finalmente, las dos últimas líneas estratégicas apuestan por la colaboración nacional e internacional, para compartir buenas prácticas y coordinar esfuerzos a todos los niveles, y por garantizar la seguridad del paciente en todos los ámbitos asistenciales, con especial atención a áreas como la atención primaria, salud mental, cuidados de larga duración y el entorno sociosanitario. Con esta estrategia, el SNS refuerza su compromiso con una atención sanitaria más segura, centrada en las personas y en la mejora continua.
Fuente: Gaceta Médica